Parkinson: Rehabilitación a domicilio

En España se calcula que hay más de 280.000 personas que padecen Parkinson. Esta enfermedad está ligada a un déficit de la producción de Dopamina. Suele diagnosticarse de forma tardía debido a que antes de encontrar problemas físicos es necesario haber perdido más de un 60% de las neuronas que se encargan de esta sustancia.

Síntomas físicos del Parkinson y Fisioterapia:

Temblor en reposo: Aparece de manera continuada y sin relación con una actividad concreta. La Fisioterapia es poco eficaz para combatir este problema.

Rigidez: Resistencia al movimiento que afecta a los miembros inferiores, miembros superiores y la nuca especialmente. La Fisioterapia permite la relajación muscular, la disminución del dolor ligada a la rigidez, evita las retracciones musculares y las deformaciones articulares.

Bradicinesia, Hipocinesia o Acinesia: Existe una dificulta para realizar movimientos coordinados y un enlentecimiento en la ejecución de los mismos. Llega un momento que ciertos movimientos desaparecen con el avance de la enfermedad. Desde la Fisioterapia trataremos de estimular el sistema voluntario para compensar la pérdida de automatismos. Trabajaremos específicamente la coordinación, el equilibrio, el ritmo, la amplitud y exactitud de movimientos y el ciclo de la marcha.

A estos síntomas físicos se pueden sumar: problemas de sueño, alteraciones de comportamiento, depresión, pérdida de memoria, falta de iniciativa, dificultades del habla, de deglución y de la escritura.

Rehabilitación a domicilio y fases de la Enfermedad de Parkinson:

La fisioterapia no da resultados inmediatos. Es una carrera de fondo y se debe adaptar a cada fase de la enfermedad.
1º Fase: Al principio, la rehabilitación grupal puede ser suficiente y dar buenos resultados en personas que sufren Parkinson. La fisioterapia a domicilio se centrará en potenciar la actividad física diaria con ejercicios sencillos que combinen respiración, fuerza muscular, equilibrio y coordinación. La presencia del fisioterapeuta será suficiente con 1 o 2 veces semanales para adaptar los ejercicios diarios, corregir malas posturas y disminuir los dolores que puedan surgir.

2º fase: La enfermedad se instala, cuesta caminar y aparecen bloqueos frecuentes. La presencia del fisioterapeuta a domicilio se hace más necesaria. A parte de lo visto en la fase 1, nos centraremos en corregir las alteraciones posturales, proporcionar consejos y trucos para acondicionar la vivienda. El paciente deberá realizar ejercicios sencillos durante 30 minutos diarios englobando actividades tumbado, sentado, de pie y caminando. Junto con el fisioterapeuta, aprenderá a caminar por el pasillo con ritmos y obstáculos, a evitar bloqueos al pasar las puertas, a levantarse de la cama y de la silla de manera sencilla, a realizar estiramientos al comienzo y al final del día para disminuir la rigidez, etc…

3º fase: El paciente apenas camina. Pasa el mayor tiempo tumbado o sentado. El fisioterapeuta a domicilio cobra un papel fundamental realizando estiramientos, movilizaciones amplias, masajes y cambios posturales para evitar las deformidades articulares, las escaras y los dolores. El fisioterapeuta trabajara con el paciente tumbado, sentado y si fuera posible algunos minutos de pie. En esta fase es muy importante la labor de formación a cuidadores y familiares para mantener la calidad de vida de la persona con Parkinson.

Precauciones a tener en cuenta: Se deben respetar los tiempos de reposo entre ejercicios y después de la sesión. Hay que evitar los movimientos bruscos, nunca forzar ni provocar dolor, combinar los ejercicios con la respiración y evitar realizar actividad intensa en periodos de bloqueo del paciente con Parkinson.