La persona mayor hospitalizada
Un ingreso hospitalario no es fácil para nadie pero mucho menos para una persona mayor. En un 45% de los casos se produce un declive funcional bien debido a la a enfermedad que lleva al sujeto hasta el hospital o debido a la propia hospitalización. Durante el periodo de ingreso la persona mayor hospitalizada puede sufrir escaras (10%), incontinencia urinaria (23%), desorientación (25%) y desnutrición (50%).
La desorientación y la ansiedad en la persona mayor hospitalizada:
La mayoría de las veces el ingreso hospitalario conlleva un paso previo por Urgencias donde las comodidades para la persona mayor son escasas. El cambio de servicio, de personal, las operaciones, anestesia, medicamentos, alteraciones del ciclo del sueño o el encamamiento prolongado lleva al paciente a sentir ansiedad, miedo, desconfianza, desorientación e incluso alucinaciones.
Durante el ingreso, la persona mayor hospitalizada pierde su rutina diaria: no tiene que preparar la comida, salir a comprar o hablar con los vecinos. Todo esto lleva a un olvido de los gestos de la vida cotidiana y apatía complicándose el regreso a domicilio.
Complicaciones físicas por inmovilización durante el ingreso:
Durante la hospitalización se produce siempre una disminución de la actividad física de la persona pudiendo aparecer varios de los siguientes síntomas: disminución de la masa muscular, aumento del riesgo de osteoporosis y de la rigidez articular por falta de movimiento, malas posturas que se instauran, fatiga excesiva con el menor movimiento, mareos y pérdida del equilibrio al ponerse en pie, hinchazón de tobillos por déficit del retorno venoso y retención de líquidos, dificultades respiratorias , disminución del apetito, estreñimiento, incontinencia / retención urinaria o fecal y aparición de escaras.
Fisioterapia y ejercicio: ¿Qué debemos hacer durante una hospitalización?
1. Paciente encamado: En un primer momento y si la persona no puede levantarse de la cama será necesario la movilización pasiva por parte del fisioterapeuta de todas las articulaciones, estiramientos musculares suaves, drenaje linfático de miembros inferiores, ejercicios activos por parte del paciente para mantener la masa muscular, trabajo de las capacidades pulmonares, correcto posicionamiento en la cama y cambios frecuentes de posición para evitar las escaras. En cuanto sea posible se debe comenzar a sentar al paciente en el borde de la cama durante 10-15 minutos varias veces al día.
2. Sentado en el sillón: La persona mayor hospitalizada debe abandonar la inmovilización permanente en cama en cuanto su estado médico lo permita. En el sillón, se debe mantener una postura erguida, con las piernas elevadas a intervalos regulares si es posible. En esta etapa es el paciente quien debe trabajar de manera activa con los ejercicios propuestos por el fisioterapeuta que englobaran miembros inferiores, miembros superiores y ejercicios respiratorios. Para evitar la fatiga es mejor realizar 15-20 minutos de ejercicio 3 o 4 veces al día.
3. Ponerse de pie: Una vez que la persona mayor está sentada en el sillón o incluso al borde de la cama y la tensión arterial y mareos lo permiten, con la ayuda de una o dos personas o un andador si fuera necesario, nos pondremos de pie. Es necesario estimular al paciente para conseguir una posición erguida, insistiendo en que levante la cabeza mirando al frente e intente soportar gran parte del peso con sus piernas y no con sus brazos. Al principio es posible que sólo aguante de pie unos segundos por miedo y fatiga pero no debemos abandonar nuestra labor. Una vez de pie trabajaremos el equilibrio y ejercicios activos en carga aumentando la frecuencia y dificultad con los días.
4. Marcha: La persona ingresada debe comenzar a caminar lo antes posible (con más motivo si el ingreso es tras una caída para evitar el síndrome post-caída). En un primer momento, es muy importante aportarle una ayuda técnica para la marcha si es conveniente para disminuir el miedo y la retropulsión. Será necesario que el fisioterapeuta o familiares caminen a su lado apoyando y motivando. Comenzaremos con unos pocos pasos al menos 3-4 veces al día para ir incrementando las distancias dependiendo del estado de salud.
Os recomendamos ver ejercicios sencillos y comenzar a realizarlos tan pronto como sea posible:
Otras medidas beneficiosas por parte de familiares y personal sanitario:
• El médico estudiará la necesidad de inyectar heparina de forma preventiva para evitar la formación de coágulos de sangre por inmovilización así como el uso de medias de compresión.
• El aporte nutricional debe estar entre los 1500 y 2100 Kcal/día y el aporte de líquidos entre 1.5L y 2L al día.
• El estreñimiento persistente debe ser tratado para evitar complicaciones.
• Evitar poner pañales de forma sistemática por comodidad ya que la incontinencia fecal y urinaria se instaura muy rápido en las personas mayores.
• Identificación de los pacientes con riesgo de escaras para tomar las medidas oportunas.
• Los familiares deben ayudar y tranquilizar a la persona mayor hospitalizada con llamadas y visitas frecuentes, contándole eventos de la vida exterior, aportarle un calendario, un reloj, pasatiempos, libros, la prensa diaria , la TV… es necesario mantener activa la mente de la persona mayor y hacerle sentir en seguridad. Se debe estar pendiente de que coma y beba las cantidades necesarias y motivarle a comenzar la actividad física y caminar lo antes posible para recobrar la máxima autonomía posible antes del regreso a domicilio.