Soy de la vieja escuela, para mí, un problema sanitario debe comenzar siendo escuchado por un profesional sanitario. Por eso cuando un familiar quiere informarse o una persona quiere contratar nuestros servicios, soy la primera toma de contacto para poder escuchar las necesidades, los problemas que se presentan en el domicilio, las preferencias horarias… con esta información, comenzamos a trazar el plan de rehabilitación y me ocupo de asignar al mejor fisioterapeuta para su recuperación.
Me defino como una persona calmada, positiva y que ama el autocuidado. Todos los días saco tiempo para mi, para hacer ejercicio y cuidarme, necesitamos estar bien para poder cuidar a los demás y poder dar recomendaciones desde nuestra experiencia.
Al ver a mis propios padres y familiares mayores, sé que el tiempo dedicado para su atención es muy importante. Por eso, nuestras sesiones son de 60 minutos. En nuestros tratamientos no hay prisas, no son 60 minutos del paciente haciendo ejercicio y fatigándose. Lo que he aprendido con mis años de profesión es que usar distintas técnicas en cada sesión, hacerlo de forma pausada, meter tiempos de recuperación, revisar los objetivos y hablar de lo que le preocupa al paciente para poder ayudarle es lo que mejor funciona.
Para mí el trabajo con personas mayores es motivador e inspirador; conseguir que su calidad de vida mejore, así como la de sus familiares y cuidadores es un premio y me hace inmensamente feliz conseguirlo a través de la fisioterapia junto a todo el equipo Fisisenior.