Cuidador, ¿te cuidas?

Cada vez más cuidadores de personas mayores y enfermos se sienten sobrepasados por la situación sin saber que hacer o donde acudir. El primer paso es ser consciente de que el buen cuidado debe comenzar por uno mismo tanto mental como físicamente.
El objetivo del cuidador debe ser siempre preservar la máxima autonomía posible de la persona mayor encontrando el equilibrio entre poner en riesgo y la sobreprotección a nuestro mayor sin olvidarse de vivir su propia vida.

Síndrome del cuidador:

Se da en aquellas personas encargadas de cuidar y cubrir las necesidades básicas de la persona mayor o enfermo durante largos periodos de tiempo. Presenta síntomas muy variados y está provocado por el cambio radical del estilo de vida así como por el desgaste diario y la impotencia de ver como el ser querido va perdiendo sus facultades mentales o físicas.

Aunque cada persona es diferente, los sentimientos más comunes que podemos encontrar son: tristeza, preocupación, soledad, irritabilidad, culpabilidad, depresión, ansiedad, estrés… en cuanto a los síntomas van desde las palpitaciones, temblores de manos, malas digestiones, perdida o aumento del apetito, fatiga continua hasta cambios constantes de humor y perdida de interés por actividades y personas.

Consejos básicos al cuidador:
1. Descansar lo suficiente tanto de noche como de día.
2. No aislarse de los demás.
3. Mantener las aficiones.
4. Reírse incluso cuando la situación no es favorable.
5. Encontrar tiempo diario para uno mismo delegando en otros cuidadores.
6. Información y Formación sobre el cuidado de la persona mayor y su enfermedad.
7. Hacer ejercicio regularmente.

Ejercicios prácticos para el cuidador

Todos conocemos los innumerables beneficios del ejercicio sobre nuestra salud. Cuando hablamos del papel de la actividad física en la vida del cuidador debemos darle aún mayor relevancia. Los ejercicios respiratorios, ejercicios aeróbicos, estiramientos diarios y masajes terapéuticos realizados por fisioterapeutas nos ayudaran a disminuir el estrés y mejorar el estado de salud lo que a su vez favorecerá nuestra labor de cuidadores.

1. Ejercicios respiratorios: El control adecuado de nuestra respiración es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones estresantes. Además, aportan oxigenación a nuestro cerebro. Podemos realizarlos tumbados sobre una superficie firme, de pie, sentados de forma relajada pero con la espalda recta o incluso caminando. Es conveniente cerrar los ojos mientras se realizan. Los ciclos respiratorios deben ser lentos y suaves. Al principio realizaremos el ejercicio durante 3 o 4 minutos para llegar hasta los 8 o 10 minutos con la práctica.

• Respiración abdominal: Colocaremos nuestras manos en el vientre. Inspiraremos por la nariz de forma lenta y continuada dirigiendo el aire hacia la barriga que se hinchará. A continuación, soltaremos todo el aire gradualmente por la nariz mientras hundimos el vientre llevando el ombligo hacia dentro y arriba.

• Espiración prolongada: Tomando de base la respiración abdominal, inspiraremos en 4 segundos y espiraremos en 8 segundos vaciando completamente los pulmones. La toma y salida de aire debe ser continuada, no entrecortada.

• Respiración consciente: Nos centraremos esta vez en los orificios nasales y vaciaremos nuestra mente de todo pensamiento llevándola solo al paso de aire en ese punto, sin modificar la velocidad respiratoria, dejando que nuestra mente y cuerpo se relajen con cada nueva inspiración.

Nota: si hacemos los ejercicios respiratorios caminando o en combinación con cualquier otro ejercicio aeróbico la espiración se hará por la boca y no por la nariz).

2. Estiramientos: Los estiramientos evitan las lesiones y ayudan a que el músculo se relaje. El cuidador realiza muchos movimientos repetitivos que llevan a tensar el cuerpo y producen molestias. Existen muchísimos estiramientos, más incluso que músculos en el cuerpo. Para realizarlos correctamente es mejor preguntar a un profesional para después incluirlos en nuestra rutina diaria sin forzar. La espalda es la región que mas sufre en el cuidador, por esta razón os dejo unos estiramientos sencillos.

3. Ejercicio aeróbico: Es el mejor tipo de ejercicio para oxigenar nuestro cerebro y músculos. Dependiendo de nuestros gustos podemos apuntarnos a natación, montar en bicicleta, correr o caminar a paso ligero. Existen clases colectivas de yoga, pilates, tai-chi, gimnasia de mantenimiento…que además de aportarnos los beneficios del ejercicio ayudan a relacionarnos con otras personas. Se recomienda al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico diario o 1 hora tres veces por semana.

4. Masajes terapéuticos: Debido a la sobrecarga y movimientos repetitivos el cuidador presenta dolores y limitación de movimiento Los masajes terapéuticos realizados por un fisioterapeuta tienen como fin disminuir los dolores y contracturas, restaurar el movimiento y proporcionar relajación y bienestar.